LA EMPATÍA COMO CLAVE EN EL DISEÑO GRÁFICO
“La empatía en el diseño gráfico: no es un extra, es el punto de partida”
En Nanai lo tenemos claro: diseñar no va solo de estética. Va de conexión. De saber leer entre líneas. De entender no solo lo que una persona dice, sino lo que necesita, lo que siente, lo que aún no sabe cómo expresar. Y para eso hay una herramienta clave que siempre llevamos con nosotras: la empatía.
¿Por qué es importante la empatía para una diseñadora gráfica?
Porque el diseño no se crea en el vacío. Detrás de cada encargo hay una persona, una historia, una emoción, un público concreto. Si no nos tomamos el tiempo de escuchar de verdad, corremos el riesgo de diseñar algo que puede estar muy bien... pero no conecta. Y si no conecta, no sirve.
Tener empatía significa ponerte en la piel del otro. No diseñar lo que tú harías, sino lo que esa persona necesita. Y eso vale tanto para tu cliente como para su público.
Diseñar con empatía ≠ diseñar “bonito”
Diseñar con empatía es hacerte preguntas constantemente:
—¿Qué está sintiendo esta persona con este proyecto?
—¿Qué necesita expresar?
—¿Cómo va a vivir esta pieza la persona que la vea?
—¿Estoy proyectando mis gustos por encima de sus necesidades?
Un ejemplo muy claro: muchas veces diseñamos pensando en lo que a nosotras nos parece elegante, moderno o atractivo. Pero si el público objetivo tiene dificultades visuales, por ejemplo, eso ya no importa tanto. El diseño tiene que ser accesible. Legible. Usable. Y eso no lo logras desde la intuición estética, sino desde la empatía.
Diseñar para personas con discapacidades, por ejemplo, exige cuestionarte cosas que muchas veces damos por hechas. Colores con buen contraste, tipografías legibles, jerarquías claras, lenguaje directo… y sobre todo, respeto por esa experiencia diferente a la tuya.
Cómo usar la empatía al diseñar (con ejemplos prácticos)
En lugar de asumir lo que tu cliente quiere, pregunta. Escucha. Deja espacio a que se exprese aunque no tenga un vocabulario técnico. Lo importante es lo que siente y lo que quiere comunicar.
Si está nervioso o inseguro, no lo corrijas de inmediato. Valida su emoción. A veces, solo necesita saber que no está solo en ese caos mental.
Cuando diseñas para públicos diversos, haz pruebas con personas reales. Pregunta si entienden el mensaje, si les resulta cómodo, si conecta.
Si te presentan una idea difusa, no la descartes. Intenta traducirla en lenguaje visual. Juntas podéis darle forma.
La empatía no es solo hacia fuera, también hacia dentro
También es clave que tu cliente se sienta cómodo contigo. Que sienta que puede mostrar dudas, miedo, entusiasmo, frustración... sin juicio. Solo así te contará lo que de verdad necesitas saber para crear algo que lo represente. Y eso, en Nanai, nos parece sagrado.
¿Cómo demostrar empatía a tus clientes?
Escucha más de lo que hablas.
No te rías de sus ideas, por muy extrañas que parezcan al principio.
Recuerda que no todo el mundo tiene por qué saber de diseño.
Traduce lo técnico a un lenguaje fácil.
Y si hay que corregir algo, hazlo desde la amabilidad, no desde la superioridad.
Diseñar con empatía: una herramienta poderosa
Entender las emociones de tu cliente y del público final te permite comunicar de forma mucho más eficiente. Porque el diseño es emoción. Es narrativa. Es experiencia.
Y al final, si alguien se siente visto, comprendido y acompañado… eso sí que deja huella.